sábado, 3 de diciembre de 2011

“Orgullo y Prejuicio” de Jane Austen

La primera vez que leí este libro recuerdo que el tema que más me llamó la atención fue cómo la primera impresión afecta el curso de una relación a futuro. Al inicio Elizabeth Bennet tras escuchar la presuntuosa opinión de Darcy sobre ella, decide encasillarlo como orgulloso y déspota sin darse cuenta de que existían varios elementos sumamente obvios y presentes en todo momento que fundamentaban tal opinión. Conforme avanza la historia, Darcy le va demostrando a Elizabeth que ciertos fragmentos de su vida lo han llevado a tomar la actitud que pretende demostrar ante los demás, haciendo hincapié que esto no es lo que lo define, sino que detrás de todo este orgullo y vanidad existe un hombre honesto y sincero que no pondrá jamás en venta sus ideales ni principios y mucho menos sus sentimientos. Elizabeth a su vez se muestra como una joven valiente, inteligente que por su falta de prudencia tiende a causar malestares en los que la rodean.

"A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia".

Sin embargo al realiza juicios tan severos; por ejemplo sobre Darcy , pierde la oportunidad de observar ciertos detalles tan obvios que pudiesen haber revelado la verdadera personalidad de tan enigmático personaje. Lo más loable de Elizabeth es que tras haber rechazado a Darcy por primera vez, no se niega a reconocer lo que hay dentro de él forjándose entre ambos una valiosa amistad que posteriormente los lleva no solo a conocerse realmente sino descubrir y amar la esencia de cada uno. Esto último me parece fue lo que pasé por desapercibido la primera vez que di lectura al libro, ahora que decidí retomarlo y lo analicé con una mente más madura y probablemente más sensible, caí en la cuenta de que el principal tema de este libro es el amor.

La primera vez que Darcy declara sus sentimientos ante Elizabeth ambos son dos completos extraños tanto que Darcy decide resaltar la diferencia tan amplia que existe entre ambas clases sociales más que centrarse en las características de la personalidad, detalles y gestos de Elizabeth que hicieron que él sintiera algo más profundo hacia ella. Elizabeth al escuchar que la proposición contenía tanta verborrea sobre referencias sociales aunado a la idea fija de que Darcy es un orgulloso, vanidoso y déspota no pudo profundizar en la inseguridad de Darcy para darse cuenta de que no era las clases sociales lo que le hacía sentir incertidumbre sino el hecho de que no se conocían realmente. Como le dice Darcy a Elizabeth:

Pero aborrezco fingir y no me avergüenzo de mis sentimientos. Eran naturales y justos. "

Es natural que un hombre y una mujer sientan atracción, sin embargo se necesita más que eso para conservar una pareja, en este punto tanto Darcy como Elizabeth se atraían, probablemente existía una gran química pero al no conocerse esta atracción era insuficiente para respaldar una declaración; se necesita algo más sustancioso para hacer que una mujer quiera permanecer al lado de un hombre y lo mismo para que un hombre decida con seguridad entregarse a una mujer, pues es el conocerse en pareja lo que realmente construye pequeños momentos y detalles, gestos y vivencias que poco a poco alimentan el alma de dos enamorados permitiéndoles encontrar lo más valioso entre dos personas, el amor. Es por esto que en este punto la declaración de Darcy se ve vacía, carente de potencial para ser aceptada, ni la inteligencia ni astucia de Darcy eran suficientes para salvarlo de un rechazo, nada lo era pues pretendía construir sobre el aire…

Elizabeth "Desde el comienzo mismo, casi puedo decir que desde el primer instante de mi relación con usted, sus modales que impidieron en mi la más arraigada creencia en su arrogancia, su vanidad, su egoista desdén a los sentimientos ajenos, me parecieron tales, que al punto asentaron los cimientos de la desaprobación que los sucesos posteriores han convertido en desagrado firme;y aunque no le hubiera conocido sino hace un mes,habría pensado que era usted el último hombre en el mundo con que yo desearía casarme"

Darcy: ¿Y ésta es toda la contestación que he de tener el honor de esperar? Quizás pudiera desear que se me informarse porque con tan escasa prueba de cortesía soy rechazado así"

Elizabeth: También podria yo averiguar porque con tan evidente designio de ofenderme y de insultarme me dice usted que le gusto contra su voluntad,contra su juicio y aún contra su modo de ser.¿no es esta alguna excusa para mi falta de cortesia,si es que en realidad la he cometido?

Darcy : Y tal es la opinión de usted sobre mi!¡esta es la estimación en que usted me tiene!Le doy gracias por haberme manifestado todo eso con semejante amplitud.¡según estos calculos mis faltas han sido grandes!Pero quizá esas faltas se habrían pasado por alto si su orgullo no se hubiera ofendido con mi honrada confesión de los escrupulos que durante largo tiempo me impidieron tomar una resolución. Habría evitado tan amargas acusaciones si yo,con gran politica, hubiera ocultado mis luchas, lisonjeandola con la idea de que me había visto impedido a este paso por inclinación y sin reservas por mi dictamen,por mi reflexión,por todo. Más aborrezco el disimulo de toda especie. No me avergüenzo de los sentimientos expresados;eran naturales y legitimos.¿podía usted esperar que me agradara la inferioridad de sus relaciones,que me regocijase con la esperanza de parentesco cuya condición esta tan a las claras inferior a las mías?

En vez de crear un momento maravilloso e inolvidable la propuesta se tornó en un insulto para ambos un momento amargo del cual ninguno de los dos supo cómo salir.

Conforme avanza la historia se van dando situaciones en que se van poniendo en duda sus prejuicios y estereotipos, el mismo tiempo les da la pauta para comprender que aquél amargo rechazo fue crucial para darse tiempo y construir una relación sólida que los llevaría a reafirmar esta atracción y a enriquecerla sentimentalmente.

Elizabeth:“…Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor.”
Darcy:”Yo siempre he considerado que la poesía es el alimento del amor,
De un gran amor, sólido y fuerte. Todo nutre a lo que ya es fuerte de por sí. Pero si es solo una inclinación ligera sin ninguna base, un buen soneto la acabaría matando…"

A lo mejor sueno sentimentalista, sin embargo, en la última conversación entre Darcy y Elizabeth Jaune Austen exalta el amor, pues se necesita pureza para amar, sinceridad y honestidad para reconocer al ser amado pero sobre todo amor para con valentía aceptar lo que dispone el alma.

Darcy: “No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello”.

Darcy:Tiene que saberlo. Tiene que saber que todo lo he hecho por usted. Es usted demasiado buena para jugar conmigo. Su conversación de anoche con mi tía me ha hecho recobrar la esperanza que ya creía tener totalmente perdida. Si sus sentimientos siguen siendo los mismos, dígamelo. Mi afecto y mis deseos no han cambiado, pero una sola palabra suya me silenciará para siempre. Sin embargo, si sus sentimientos han cambiado, debo decirle que ha embrujado usted mi cuerpo y mi alma y que la amo, la amo y la amo y que ya nada podrá separarme de usted”.

El amor es un sentimiento impredecible que aparece disfrazado de atracción, por razones desconocidas se eleva en los corazones de los amados para crear un vínculo, una estrechez entre el espacio comprendido, incita a que ambos se conozcan, se alimenta de detalles, vivencias, gestos, actitudes, se disipa en el alma y termina por provocar que ambos se rindan ante él creando un aura de felicidad, de pureza y de virtud; este es el amor que Jane Austen describió en estos dos personajes, contrastándolo con la relación tan plana y hasta cierto punto fantasiosa entre Bingley y Jane; pues no basta con un solo flechazo de Cupido para unir a dos personas, el amor no es físico no posee, no reclama, hace falta entrega, esfuerzo y sobre todo sinceridad para ir reconociendo en la otra persona y en uno mismo las virtudes que harán que los dos se exalten en todo concepto, pues el amor engrandece, construye, crea, moldea pues lo puro no nace de lo impío sino de la verdad. Como está escrito en el pasaje de Corintios 1:13: “El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.


Elsa Sánchez Navarrete

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